4 de mayo de 2015

La carbonara, sin nata, gracias

Cuando quieres enfadar a un italiano, hay dos maneras muy simples para conseguirlo rápidamente: la primera es meterse con su equipo de fútbol; la segunda, decir que la carbonara lleva nata. Porque si algo les arrabbia cuando vienen a España es comprobar que, en uno de sus platos típicos, hay un ingrediente que no debería estar. Un ingrediente que para los españoles es básico a la hora de preparar esta receta. 

Pero antes de llegar a eso, hablemos de su historia que, como casi siempre, está plagada de leyendas más o menos creíbles. La primera nos sitúa en el Nápoles de 1837, año en el que se publicó el libro "Cucina Teorico Practica", de Ippolito Cavalcanti, duque de Buonvicino. Entre las recetas, aparece una que, aunque con nombre distinto y pequeñas variaciones en los ingredientes y la preparación, podría considerarse como la predecesora de la carbonara. 

Otra leyenda señala que el plato nació en Roma gracias a los romani carbonai, hombres que trabajaban quemando madera para producir carbón vegetal. Ahí estaría, cuenta la historia, el origen  de la palabra "carbonara". Sin embargo, otros se aventuran a decir que el nombre deriva del color de la pimienta, uno de sus ingredientes básicos. 

Pero la cosa no queda ahí... hay quienes afirman que el plato lo crearon los soldados norteamericanos que llegaron a Roma durante la Segunda Guerra Mundial. Un plato en el que mezclaban la pasta con bacon y huevos y que, poco a poco, fue extendiéndose entre los italianos. 

Demasiadas leyendas y una única conclusión: la pasta a la carbonara es una receta imprescindible en cualquier casa o restaurante italiano. Pero, ¿cómo se prepara? 

Ingredientes (para 4 personas)

  • 350 gr. de pasta, preferiblemente larga
  • 120 gr. de panceta, bacon o guanciale (panceta sin ahumar preparada a base de careta de cerdo)
  • 2 huevos batidos
  • 100 gr. de queso pecorino romano o parmesano
  • 1 cucharada de aceite
  • Pimienta negra al gusto

Elaboración

Pon agua a cocer y, cuando empiece a hervir, echa la pasta. 

Mezcla los huevos batidos con el queso rallado y la pimienta. A continuación, corta la panceta en trozos pequeños y fríelos hasta que queden crujientes. Añade la pasta cocida y un poco de agua de la cocción. 

Cuando el agua esté absorbida casi por completo, echa el huevo con el queso y la pimienta y revuelve rápidamente. Es importante que el huevo no se cocine demasiado ya que debe quedar cremoso. 

Por último, emplata y añade, si se desea, más queso y pimienta negra. 

Pasta alla carbonara, por Mariafrancesca R.
Por cierto, para los que quieran pasar de la teoría a la práctica, la web Dissapore ha creado una lista con las mejores carbonaras de Roma.

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