2 de octubre de 2013

Begoña Tormo: “Me considero una cronista gastronómica que cuenta lo que hay”

Fue la cara de las mañanas de Telemadrid durante 10 años y ahora se dedica a su gran pasión: la gastronomía. Begoña Tormo (Madrid, 1969) habla con sinceridad de su trayectoria y de los ingredientes para “cocinar” el periodismo.

Begoña Tormo | Foto: Canal Cocina
¿Por qué eligió el periodismo? ¿Era su vocación?
En realidad, estudié Publicidad y Relaciones Públicas, pero me surgió la oportunidad de hacer unas prácticas en Radio Nacional deEspaña (RNE) y ya me fui por el lado del periodismo.

¿Por qué cree que la radio está en los inicios de casi todos los periodistas?
En mi caso, fue pura casualidad. Pero la radio es un medio que enseña mucho. Allí haces de todo, un poco “hombre orquesta” y esto está muy bien para aprender.

Después de su paso por RNE, trabajó en varios programas de Televisión Española (TVE), como “Empléate a fondo” o “A pedir de boca”.
Primero hice “A pedir de boca”. Lo recuerdo como una experiencia maravillosa, aprendí mucho. Era una serie documental dirigida por Rafael Romero sobre productos de alimentación con Denominación de Origen que se hacía con los muchos medios que tenía antes TVE. Lo recuerdo como una etapa fantástica y fue mi primer contacto con el periodismo gastronómico.

En Telemadrid, fue una de las caras más conocidas al presentar “Buenos días, Madrid”.
Estuve presentando 10 años el programa matinal de la cadena. Cuando me quitaron de presentar, me dejaron elegir, afortunadamente, y estuve haciendo gastronomía, que era lo que más me gustaba.

Un programa que ganó en 2004 el Premio de la Academia de la Televisión y Radio a Mejor Informativo Autonómico en 2004. ¿Cuáles fueron las claves de su éxito?
La cercanía, sobre todo. A nosotros nos preocupaba más si se rompía una cañería en una plaza madrileña que algo que estuviera pasando en Iraq, por mucha más noticia que fuera. Además, hacíamos muchísimas conexiones en directo con lo que pasaba en la calle.

En un informativo al uso, no suele tener cabida la gastronomía…
Hay un poquito. Yo conozco a muchos compañeros que cubren información gastronómica, pero no se dedican exclusivamente a eso. Están normalmente en sociedad o en cultura y les encargan piezas cuando hay eventos gastronómicos importantes, pero no lo hacen diariamente.

Pero en “Buenos días, Madrid” sí había gastronomía y usted fue la encargada de la sección. ¿Por qué lo eligió?
Porque me gustaba. La gastronomía me ha apasionado siempre, me encanta comer y me gusta mucho cocinar. Es un contenido que interesa, que nunca se agota, siempre hay algo interesante que contar y a la gente le engancha. Es una cosa que pone de acuerdo a un montón de gente que se dedica a cosas distintas.

Salió de Telemadrid con el ERE y ahora forma parte del proyecto de TMEX.
Sí, me echaron con el ERE. TMEX es algo abierto, un proyecto en el que cualquier ex trabajador de Telemadrid tiene opción de hacer allí lo que le apetezca. Si veo un reportaje, puedo llamar y decir “necesito un compañero cámara y otro de producción”, o al revés.

¿Queda algo de esa Telemadrid que fue referencia hace algunos años?
En Telemadrid, ya no se hace el periodismo que se merecen los madrileños. Me da mucha pena decirlo así, pero no queda nada. Se han cargado el espíritu y lo que hizo grande a la cadena. Si algo ha tenido Telemadrid, es que ha sido un inventor de formatos: “Madrileños por el mundo”, “Madrid directo” o “Buenos días, Madrid”, programas que se han gestado aquí y que otras televisiones han copiado. 

Durante la época en la que trabajó en Telemadrid, también dirigió la revista gastronómica "Restauradores”.
Estuve muy poco tiempo. Era un proyecto que venía de años atrás, la decana de las revistas de gastronomía en España. Manuel Quintanero, el entonces propietario, me lo propuso y acepté. Nunca había hecho prensa y lo disfruté mucho.

¿Le gustaría seguir haciendo prensa?
Sí, hago colaboraciones, por ejemplo con Cocina Futuro, una revista de una factura espectacular, y con otros medios escritos. Pero siempre es más relajado, no una cosa diaria.

Ahora está preparando un programa para el Canal Cocina que se llama “Hoy cocina el alcalde” y que se estrena el próximo 9 de mayo.
La caravana de Canal Cocina | Foto: Begoña Tormo
La idea no es mía, es de Mandi Ciriza, la directora del Canal Cocina, que me llamó y me dijo “Tengo un proyecto que te va fenomenal”. Cuando me lo explicó, me pareció un caramelo… Nos desplazamos a todas las ciudades y pueblos de España que podemos y que tengan un patrimonio gastronómico que contar. Primero hacemos un recorrido con el alcalde, que hace de cicerone, y luego le ponemos en la tesitura de cocinar. Suele ser en sitios muy emblemáticos: el primero, por ejemplo, lo hemos grabado en Burgos y lo hemos hecho a los pies de la catedral. 

¿Dejaría la gastronomía por algún otro campo del periodismo?
Siempre que pudiera elegir, me quedaría en la gastronomía. Los contenidos son amables, gustan a todo el mundo y no suelen ser polémicos. No me considero crítica gastronómica, sino más bien cronista que contaba lo que había para que la gente eligiera. Contaba cómo era el restaurante, la materia prima y hablaba del producto, pero nunca he dicho si me parecía bueno o malo. El periodista tiene que dar información para que la gente se forme su opinión. Lo digo muy a gala: yo jamás me he cobrado un favor, ni he dado una opinión vendida.

Ha sido jurado en varios concursos de cocina. ¿Cómo se siente en ese rol?
Muy responsable porque es muy fácil juzgar pero detrás hay mucho trabajo. Hace poco, estuve de jurado en un concurso de tapas y me dieron a probar una que, lo siento, me pareció espantosa. Me preguntaron y lo dije. Carlos Maribona estaba a mi lado y me miró como diciendo “qué poco tacto tienes”, pero prefiero ser sincera.

¿Cree que un periodista gastronómico tiene que saber cocinar?
No necesariamente pero sí tiene que valorar cuáles son los retos. Los periodistas si no saben cocinar, sí deben conocer el producto, eso es básico, y saber cómo se hace.

¿Cuáles son los ingredientes para ser un buen periodista gastronómico?
El gusto, la curiosidad, el dejar a un lado los prejuicios y manías a la hora de comer. Hay cosas que me gustan más o menos, que yo no elegiría o que no las compraría para hacer en mi casa, pero siempre como todo y lo valoro. El periodista gastronómico tiene la obligación de estar abierto.

¿Se desconecta alguna vez?
No se desconecta, pero no hace falta. En mi tiempo libre, leo libros de cocina o veo programas gastronómicos. Lo bueno es que parte de tu trabajo es una afición. 

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