Cada fin de semana son muchos los excursionistas y montañeros
que se acercan a Cercedilla para pasar el día. La Calzada romana, la Bola del
Mundo, los Siete Picos o el Montón de Trigo son algunos de sus alicientes. Es
precisamente de este monte del que toma el nombre el restaurante que regenta
Ramón Jiménez desde 2000, un lugar acogedor y familiar situado en el centro del
madrileño pueblo.

Los entrantes son uno de los puntos
fuertes de El Montón de Trigo y los huevos estrellados, una elección
casi obligatoria. El plato, cuya receta guarda celosamente Teresa Sánchez, la
jefa de cocina, se sirve solo o acompañado de chistorra, jamón, chorizo o
morcilla. Las ensaladas merecen una mención especial, sobre todo las de
tomate y la alemana.
Otra de las especialidades de la casa son las tablas
variadas. Las hay de patés y de pollo, pero las mejores son la
de salchichas y la de carne. Los platos combinados es la menos
llamativa de las opciones que ofrece el restaurante por tratarse de una comida,
quizá, demasiado corriente.

La calidad no disminuye a medida que
se acerca el final de la comida. Buenos postres, de entre los que sobresalen la
fondue de chocolate, la tarta de queso y el sorbete de
limón al cava. Buen café e infusiones.
La carta de vinos es correcta y cuenta, en su mayoría, con etiquetas de la Rioja y Ribera del Duero. Más variada es la de cervezas, muchas de
ellas de importación.
Dirección: Plaza María Mínguez, 8, Cercedilla (Madrid). Cierra lunes, martes y miércoles. Tarjetas: todas.
Precio Medio: 20€ Menú de mediodía: 13,90€
Calificación: 9
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